INTRODUCCIÓN
Es notorio que la celebración de la Semana Santa de Cieza, como tal, tiene lugar en el periodo de tiempo comprendido entre el Viernes de Dolores (antevíspera de Domingo de Ramos) y el Domingo de Resurrección, si bien en nuestra localidad los Desfiles Procesionales se anticipan con diversos Traslados desde el comienzo de la Cuaresma y tienen celebración inaugural el Domingo de Pasión, siete días antes de Ramos, con el Traslado Procesional de los Estandartes y el solemne Pregón, eventos que cuentan con un amplísimo seguimiento popular.
Puesto que la Semana Santa viene determinada en el calendario anual por la Pascua judía, de fecha variable, su celebración oscila entre la segunda quincena de marzo y la primera de abril. Para el cálculo de su fecha exacta hay que acudir al calendario astronómico y a una regla de formulación enrevesada, pero de claro contenido, dado que el Domingo de Resurrección se sitúa en el primer domingo después de la primera luna llena que tenga lugar tras el equinoccio de primavera. Así que, a título de ejemplo, para conocer cuando es la fecha de la Semana Santa del año 2023 tenemos que realizar el siguiente cálculo: Conocer cuando será la primera luna llena después 21 de marzo (equinoccio de primavera), el jueves 16 de abril de 2023; y una vez conocida esta Luna Llena del calendario Astronómico, solo tenemos que irnos al siguiente domingo, el 9 de Abril de 2023, que será el Domingo de Pascua (Domingo de Resurrección).
Por su coincidencia con el comienzo de la primavera, la Semana Santa se beneficia del singular y hermoso marco que, en esas fechas, ofrece la vega de Cieza, cuya floración supone, en justicia, uno de sus principales atractivos desde el punto de vista paisajístico.
Con motivo de la floración se ha establecido todo un calendario de actividades turístico-culturales, en las que colaboran agencias turísticas, restaurantes de la localidad y grupos de senderismo.
En todo caso, las actividades organizadas alrededor de la Semana Santa no se circunscriben exclusivamente a las fechas en que ésta tiene lugar. Todo el calendario cuaresmal está sembrado de actividades Cofrades, tanto litúrgicas como también culturales (ciclos de conferencias, presentaciones de nuevas obras artísticas, conciertos, etc), amén de los traslados Procesionales de imágenes al casco histórico de la localidad; también, con menor intensidad, dichas actividades se reparten a lo largo de todo el año, en forma de participación en las otras festividades ciezanas (Feria de San Bartolomé, Romería de Ntra. Sra. Del Buen Suceso y Navidad) como en otras celebradas con propósitos específicos.
Precisamente, aparte de la Revista El Anda, la Junta de Hermandades Pasionarias edita anualmente un detallado folleto en el que se concretan todas las actividades relacionadas con la Semana Santa que se organizan a lo largo de todo el año.
ORIGEN
Es durante la predicación de San Vicente Ferrer en Cieza en el año 1411 cuando debió abonar el terreno para el nacimiento de la primera Cofradía de nuestra localidad vinculada a las celebraciones de Semana Santa: la Cofradía de la Sangre de Cristo, que pudo ser en sus inicios una Cofradía de flagelantes. Con esa marca de antigüedad la recoge, por mandato de Felipe II, el Bachiller Alonso Marín y Mena en el año 1579 en su Descripción y Relación de la Villa de Cieza. “A veinticinco días del mes de Marzo, año del nacimiento de nuestro redentor Jesucristo, de mil y quinientos y setenta y nueve, el bachiller Alonso Marín y Mena, de edad de quarenta años, y Joan García, el viejo, de edad de ochenta, y Martín Ruiz de Soler, el viejo, de edad de setenta y uno, vecinos y naturales desta dicha villa... A los cuarenta capítulos dixeron: ay tres Cofradías, una del dicho Apóstol San Bartolomé, otra de la Sangre de Cristo, y otra del Dulce y Santísimo Nombre de Jhesús”, testimonio que permite asegurar que ambas Cofradías, tuvieron plena vigencia a lo largo del s. XVI, constatándose su antigüedad en mandas y testamentos de la época.
SIGLO XVII
En 1614 se levanta en un cabezo extramuros, y
sobre un antiguo humilladero, la Ermita del Santísimo Cristo del Calvario (hoy,
del Santísimo Cristo del Consuelo), para la cual se encarga un crucificado
(1612) bajo esa misma advocación y se inicia la construcción de las estaciones
de un viacrucis en la ladera de dicho cabezo. Impulsado por los Franciscanos en
la madrugada del Jueves al Viernes Santo se realizaba con la mencionada Imagen
un Vía Crucis, vigente hasta finales del s. XIX, en el que largas filas de
penitentes desfilaban tras la Cruz parroquial y su Pendón haciendo profesión de
fe y rezando.
En cuanto a la Cofradía de la Sangre de
Cristo, ésta debió asumir a principios del s. XVII el protagonismo de las
primitivas Procesiones de Cieza, pues desde ese momento contó con un
crucificado (atribuido por el cronista local, de principios del s. XX, Ramón Mª
Capdevila a Juan de Rigusteza). A esa Imagen se sumarán conforme avance el
siglo un Nazareno con la cruz a cuestas (así lo afirma el antes mencionado
Ramón Mª Capdevila) y una Virgen de la Soledad (según se desprende de un
documento de traspaso de enseres de la misma tras la muerte de su mayordomo),
con las que (como se deduce de la solicitud de constituciones de las Cofradías
de Jesús Nazareno y Ntra. Sra. de la Soledad de finales de ese siglo, en la que
se revela que ambos Pasos ya desfilan tiempo atrás) protagonizará las
Procesiones de Jueves Santo en la tarde-noche (germen del Prendimiento y de la
actual Procesión General de Miércoles Santo) y Viernes Santo en la mañana
(génesis de la actual Procesión del Penitente), en las que el mencionado Nazareno
desfilaría respectivamente prendido y con la cruz a cuestas, como lo hace en la
actualidad.
Tras su asentamiento en la Ermita de San
Sebastián en los inicios del último tercio del siglo, los Franciscanos
contribuirán a la continuidad de la Procesión del Santo Entierro la tarde de
Viernes Santo, trasladando el antedicho Crucificado junto a una imagen enlutada
de la Virgen (Nuestra Señora de la Soledad) a la Parroquial, donde las Imágenes
eran colocadas en un altar; está documentado que la Cofradía protagonizaba en
la tarde-noche de este día el Acto del Descendimiento y la Procesión del Santo
Entierro con una Imagen de Cristo muerto colocado en una urna (tal como podemos
interpretar a partir de las Capitulaciones de 1682 para la fundación del
Convento de San Joaquín y del Libro de Cuentas de la Cofradía de Jesús en el
que consta un pago para la reparación de la misma) acompañada de la Virgen antes mencionada.
En 1692, tras desgajarse de la Cofradía de la
Sangre, la Cofradía de Jesús Nazareno (hoy Cofradía de Jesús –Nazareno–) y la
de Nuestra Señora de la Soledad (hoy Cofradía de María Santísima de la
Soledad), solicitan a un tiempo constituciones propias, quedando ligadas entre
sí en sus cultos hasta principios del s. XX. Esta circunstancia, trascendental
para la historia de la Semana Santa de Cieza, se debió al anhelo de la nobleza
local de desligarse de una Cofradía como la de la Sangre, integrada
mayoritariamente por artesanos de todos los oficios, así como por un deseo de
reafirmarse como estamento privilegiado socialmente.
Por otra parte, la recién nacida Cofradía de
Jesús absorberá a la antigua Cofradía del Dulce y Santísimo Nombre de Jesús, de
carácter devocional. Este hecho parece más que evidente puesto que todavía en
el s. XX la Cofradía de Jesús organiza y costea la Función del Dulce Nombre de
Jesús.
Un acta capitular de 1693 nos revela cómo
habían quedado establecidos los Desfiles Procesionales a finales del s. XVII.
“Esta villa tiene por costumbre y devoción asistir a diferentes fiestas y
Procesiones generales por decretos y botos para que en todo tiempo conste las
que son acordaron lo fuesen la del Dulce Nombre de Jesús, Purificación de
Nuestra Señora, la del Domingo de Ramos, la del Jueves Santo y Viernes Santo,
la de la Anunciación de Nuestra Señora, Sra., la del glorioso Apóstol San
Bartolomé… y que tengan obligación todos los señores capitulares asistir a
ellas no teniendo impedimento legítimo bajo la pena de una libra de cera…”. La
de Jueves Santo ten- dría lugar en la tarde-noche de este día con la
participación de las Imágenes de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Soledad.
La de Viernes Santo no es el Vía crucis de la madrugada, sino que se refiere a
las dos Procesiones que, como antes se ha referido, tenían lugar ese día: una,
por la mañana, repetición de la de Jueves Santo, a la que se sumaría,
probablemente, el Crucificado de la Cofradía de la Sangre; la otra, la del
Santo Entierro, en la tarde-noche.
Finalmente tenemos constancia también en este
siglo de la celebración, la mañana del Domingo de Resurrección, de otra
Procesión, precedente de la actual del Resucitado.
SIGLO XVIII
El nuevo siglo será testigo de importantes
cambios e innovaciones; de él datan, por ejemplo, las primeras referencias
documentales a la advocación del Santísimo Cristo del Consuelo (denominado
Cristo del Calvario desde su llegada a Cieza en 1612, como antes se ha
referido. La Imagen fue destruida durante la Guerra Civil y sustituida al
término de ésta por otra de la misma fecha y factura que es la más antigua de
cuantas participan hoy en nuestras Procesiones), que contará desde esta época
con capilla propia en la iglesia parroquial (según consta en mandas y
testamentos), porque a ésta es trasladado frecuentemente en rogativa desde su
Ermita.
Por su parte, la Cofradía de la Sangre se irá
diluyendo hasta desaparecer a mediados de siglo. Su Imagen titular, si se
corresponde con la Imagen documentada del Cristo de la Misericordia (un
Crucificado donado al Convento de la Purísima Concepción pocos años después de
su edificación, cuya estética lo ubica artísticamente entre los s. XVI y XVII,
y que pudo sustituir a otro anterior), seguirá participando en los Desfiles
Procesionales hasta finales del s. XIX; por otra parte la Cofradía de Jesús
Nazareno se hará cargo desde entonces del Paso de la Urna (popularmente
conocido como la Cama de Cristo) con el que tiene lugar la Procesión del Santo
Entierro. Asimismo, siguiendo al cronista y periodista murciano don Carlos
Valcárcel, el presente siglo traerá consigo el nacimiento del Acto del
Prendimiento, probablemente vinculado entonces a la Procesión de Jueves Santo.
En 1724 se funda la Cofradía de San Pedro
orientada en una primera época que llega hasta mediados del s. XIX al culto y
celebración de la fiesta del Santo, y cuyo ingreso en la misma se permite en
esta primera época sólo al clero.
El primer Libro de Actas de la Cofradía de
Nuestra Señora de la Soledad conservado (1730) demuestra la vigencia a mediados
de este siglo de la Procesión de Jesús Resucitado a primera hora del Domingo de
Resurrección en la que dicha Cofradía procesiona con su Imagen titular acompañando
a una Imagen de Jesús Resucitado, de la que sabemos que durante el siglo
siguiente recibe culto en la capilla del Santísimo de la Parroquial.
Precisamente un Acta de la Cofradía de
Nuestra Señora de la Soledad nos revela la existencia en 1767 de cuatro
Procesiones: una en la tarde-noche de Jueves Santo; dos en la mañana y en la
tarde-noche del Viernes Santo respectivamente; y la cuarta y última en la
mañana del Domingo de Resurrección.
Por otra parte, a finales de este siglo
comenzará a celebrarse a las tres de la tarde el Sermón de Agonía, que lo hará
ininterrumpidamente hasta su supresión en los primeros años de la década de los
cuarenta del s. XX, años en los que también intentó implantarse, sin éxito, el
Sermón de las Siete Palabras, pasando a llamarse la Función durante ese breve
período de tiempo Oratorio de Agonía y Sermón de las Siete Palabras.
De manera similar la Cofradía de Nuestra
Señora de la Soledad promueve desde 1785, al término de la Procesión del Santo
Entierro, el Sermón de Soledad, vigente hasta el último tercio del s. XX y del
que hoy se conserva una leve reminiscencia.
Finalmente, el censo realizado a finales del
s. XVIII a raíz del Decreto del Conde de Aranda confirma la existencia y
legalidad en Cieza de dos Cofradías pasionarias: Jesús y Soledad; además de
otras como la de Ánimas o la del Santísimo, que no participaban en las
Procesiones.
SIGLO XIX
Por los Libros de Actas conservados sabemos
que, salvo excepciones puntuales (adquisición del Paso de La Oración del Huerto
o El Señor de la Columna por la Cofradía de Jesús, creación de la Hermandad de
la Convocatoria de Jesús –organizadora desde su fundación del Prendimiento en
la tarde de Miércoles Santo–,...), el primer tercio del s. XIX supuso un
estancamiento en la Semana Santa de Cieza; dos son las causas que parecen
motivar esta situación: la Guerra de la Independencia en 1808 y las sucesivas
epidemias que, como la del cólera de 1812, afectan con profusión a los vecinos
de Cieza. A éstas, y conforme avance el siglo, se irán sumando otras (supresión
de algunas órdenes religiosas, desamortizaciones expansión del liberalismo, y
enfrenta- miento de la burguesía y el proletariado) que en Cieza se reflejarán
en cierto abandono del mundo Cofrade
Será entonces cuando, para remediar la
situación, tome forma un protectorado de conservación de los patrimonios de las
Cofradías que harán suyo familias de la burguesía local: florecen así, cobrando
un protagonismo inusitado hasta entonces y con un rango similar o superior
incluso al de las propias Cofradías, las Camarerías y Mayordomías,
históricamente importantísimas desde entonces y hasta mediado el s. XX, por
cuanto Camareras y Mayordomos se convierten en depositarios de los bienes de
las Cofradías y en responsables de su perfecta conservación; las Camarerías y
Mayordomías desembocaron a finales del s. XIX en auténticos mecenazgos en los
que la figura de la Camarera o del Mayordomo, hoy vigente todavía en un
reducido número de Pasos, era la que asumía los gastos que ocasionaba el
arreglo del Paso e incluso la ejecución de Pasos nuevos, sobre los que
mantienen derechos de propiedad, por encima incluso de la Cofradía bajo cuyos
auspicios procesionan.
Sólo así se puede explicar el relanzamiento
que experimenta la Semana Santa en el último tercio del s. XIX, época en la que
las familias pudientes de la localidad abordan la realización de nuevos Pasos
(Santa María Magdalena, La Samaritana, Santísima Virgen de los Dolores,
Santísima Virgen del Amor Hermoso...) y favorecen la creación de nuevas
Cofradías (San Juan, Santa Verónica) o la reorganización de otras (San Pedro).
El s. XIX será testigo también de la
consolidación del Acto -Representación, Sermón y Procesión– del Prendimiento,
que se celebra ya al margen de la Procesión de Jueves Santo, la cual se
configura a su vez como Procesión General, así como de la Cortesía en el marco
de la Procesión del Domingo de Resurrección; y del surgir, en sus últimas
décadas, de un hecho muy característico de la Semana Santa ciezana, la Traída
de los Santos (Jueves Santo en la tarde hasta el principio de la década de los
treinta del s. XX y Miércoles Santo en la tarde desde entonces hasta ahora),
como preámbulo de la Procesión General, desde la Ermita extramuros del
Santísimo Cristo del Consuelo hasta la Basílica de Nuestra Señora de la
Asunción.
Así pues, en el último cuarto de siglo los
Desfiles han quedado estructurados en torno al Miércoles Santo (Prendimiento),
Jueves Santo (Procesión General), Viernes Santo en la mañana (Procesión del
Penitente o de las Cruces), Viernes Santo en la tarde (Procesión del Santo
Entierro) y Domingo de Resurrección (Procesión del Resucitado)
La Semana Santa ciezana llega a contar
incluso con una fecha que con el paso de los años las Bandas de Cornetas y
Tambores habían convertido en patrimonio propio: el Viernes de Dolores. Ya
desde el s. XIX la Hermandad de la Convocatoria, los populares “Armaos”, hacía
sonar sus cornetas y tambores en vísperas de la Semana de Pasión; entrado ya el
nuevo siglo sería la noche del Viernes de Dolores la reservada para que los
Armaos y, luego, sucesivamente, las Bandas de las otras Cofradías y las
restantes de la localidad mostraran a los vecinos de Cieza las marchas que
habían estado ensayando durante todo el año. De finales del s. XIX datan, por
otra parte, los primeros testimonios fotográfico conservados de la Semana Santa
ciezana.
SIGLOS XX Y XXI
Los decenios iniciales del nuevo siglo serán
testigos del nacimiento en 1914 de la Junta Permanente de Procesiones, hoy
Junta de Hermandades Pasionarias, derivado de las circunstancias
socio-económicas del momento. Los años siguientes asistirán también a la constitución
de las Cofradías del Santísimo Cristo de la Agonía (instauradora de la
Procesión del Silencio) y del Santísimo Cristo del Consuelo (filial de la
Hermandad de culto del mismo nombre), y al estrechamiento de los lazos que
vinculaban a los Pasos que no poseían Cofradía propia con determinados oficios
(San Pedro con los labradores, la Magdalena con los esparteros, La Samaritana
con los relacionados con los tejidos...) posiblemente para asegurar así su
salida en Procesión.
La Guerra Civil supondrá la desarticulación
de la estructura de las Cofradías que pierden una parte importantísima y
esencial de su patrimonio; a su término,
las Cofradías sufren una considerable transformación y el número de éstas, tras
un proceso complicado de refundación (la Hermandad de la Convocatoria se
convierte en el Tercio Romano del Santo Sepulcro; Pasos como San Pedro, La
Samaritana, Santa María Magdalena o la Santísima Virgen de los Dolores se
constituyen en Cofradías) y reorganización de las existentes con anterioridad (la
Cofradía de Jesús dará lugar a las Cofradías de Jesús Nazareno, La Oración del
Huerto y El Santo Sepulcro, Jesús Resucitado) y la sucesiva incorporación de
otras como la del Cristo Yacente y Virgen del Dolor, Descendimiento de Cristo y
Beso de Judas, Santísimo Cristo del Perdón o Nuestra Señora de Gracia y
Esperanza, se verá nuevamente incrementado hasta dar lugar al abanico de
colores que hoy pervive, al que se sumó a finales del s. XX la Cofradía de
Ánimas, ahora con carácter pasionario, para conformar en la actualidad un total
de dieciocho Cofradías que, ante millares de espectadores y por sus dos
itinerarios, en los que se combinan el sabor tradicional de las calles y
rincones del casco antiguo, y la amplitud y capacidad de acogida de público del
centro de la ciudad, participan con sus cuarenta y tres Pasos, siempre portados
a hombros, y con sus casi seis mil Cofrades en sus once Procesiones (de la
Palma, Vía Crucis Procesional del Santísimo Cristo de la Sangre, Auto y
Procesión del Prendimiento, General, de los Hijos de María, del Silencio, del
Penitente, del Santo Entierro, del Descenso de Cristo a los Infiernos,
Procesión infantil, y Cortesía y Procesión de Jesús Resucitado).
Pero a lo largo de estos seis siglos el gran
beneficiado ha sido sin duda el bagaje socio-cultural y patrimonial del que han
hecho acopio las Cofradías y que se ha visto notablemente incrementado en
cantidad y calidad en el último tercio del s. XX; prueba de ello son las tres
Procesiones nacidas en este periodo (de los Hijos de María, del Descenso de
Cristo a los Infiernos, y el Vía Crucis Procesional del Santísimo Cristo de la
Sangre), amén del Desfile de los Tercios Infantiles (Procesión infantil que
cuenta en la actualidad con trece Pasos, lo que da idea de lo entrañada que está
la fiesta en el pueblo y de lo asegurado que está a la vez el futuro de
aquella), los veinticuatro Pasos (los más recientes, ya en pleno s. XXI, Ntra.
Sra. de la Amargura, La Coronación de Espinas y Las Santas Mujeres camino del
Sepulcro) e incontables enseres que han venido a engrosar el patrimonio de la
Semana Santa ciezana, los constantes esfuerzos y actuaciones encaminadas a la
restauración y conservación del mismo, y finalmente los cultos, actos,
publicaciones y actividades que organizan las Cofradías durante todo el año, y
que suponen un elevado porcentaje de la oferta socio-cultural y de ocio de la
ciudad.
CONTINUIDAD EN EL TIEMPO
En cuanto a la organización de la Semana
Santa, desde hace más de un siglo la Junta de Hermandades Pasionarias es la
encargada, en su calidad de Cabildo Superior de Cofradías, de la organización
de todos los Actos y Actividades de carácter general y de todos los Desfiles
Procesionales de la Semana Santa ciezana. En la Junta de Hermandades
Pasionarias se integran las dieciocho Cofradías pasionarias de la ciudad, que,
como ella, poseen Estatutos aprobados por la autoridad competente y capacidad
jurídica propia, y que son las responsables de la organización de sus propios
Actos y Actividades.
Es notorio que la celebración de la Semana
Santa de Cieza, como tal, tiene lugar en el periodo de tiempo comprendido entre
el Viernes de Dolores (antevíspera de Domingo de Ramos) y el Domingo de
Resurrección, si bien en nuestra localidad los Desfiles Procesionales se
anticipan con diversos Traslados desde el comienzo de la Cuaresma y tienen
celebración inaugural el Domingo de Pasión, siete días antes de Ramos, con el
Traslado Procesional de los Estandartes y el solemne Pregón, eventos que
cuentan con un amplísimo seguimiento popular.
La Semana Santa de Cieza, ha permanecido en
las calles de Cieza, tal y como hemos comentado en el capítulo de El Origen, la
Historia y la antigüedad, desde 1614, pero hay una fecha que la semana santa de
Cieza tiene como principio de una continuidad que no ha sido posible eliminar,
descontado claro está la Guerra Civil Española y la última pandemia Covid,
siendo esta la de 30 de marzo de 1914, donde se constituye la Junta de
Procesiones de Cieza, que dará lugar a la hoy Junta de Hermandades Pasionarias
de Cieza, que agrupa todas las Cofradías y Hermandades Pasionales de la
localidad.
Claro está que desde que tenemos posibilidad
de hacer publicaciones, El Anda, 1931, es la publicación por excelencia de la
JHP (Junta de Hermandades Pasionarias), que ha venido año tras año, alentando
el espíritu de la Semana Santa a la población de Cieza.
Durante el año 2020, la semana Santa, no pudo
celebrarse debido a la situación sanitaria derivada de la pandemia de Covid.
Durante el 2021, y una vez que la Pandemia iba remitiendo, se llevó a cabo una
semana santa diferente, se hicieron, para que perdurase la celebración de la
fiesta, dos tipos de actividades en referencia a la Semana Santa en sí. En una
de ellas, se cambió el modo de hacer Semana Santa, es decir, cambiar el modo de
presentarla o de verla, siempre ha sido el “sacar los pasos a la calle”, y se
cambió por la de que el espectador fuese a ver los pasos a su Casa-Museo. Y
otra forma la de uso Semana Santa “virtual” donde se dio a conocer la Semana
Santa de Cieza en Redes Sociales, en una programación distinta a lo habitual.
Prueba de ello, se refleja desde nuestro Canal de Youtube; siendo este canal el
que mayormente es utilizado por sus características, como medio de
publicaciones de la Junta de Hermandades y de la Semana Santa de Cieza.
(https://www.youtube.com/@JHPCieza)
Por su coincidencia con el comienzo de la
primavera, la Semana Santa se beneficia del singular y hermoso marco que, en
esas fechas, ofrece la vega de Cieza, cuya floración supone, en justicia, uno
de sus principales atractivos desde el punto de vista paisajístico.
Durante el año 2020, la semana Santa, no pudo
celebrarse debido a la situación sanitaria derivada de la pandemia de Covid.
Durante el 2021, y una vez que la Pandemia iba remitiendo, se llevó a cabo una
semana santa diferente, se hicieron, para que perdurase la celebración de la
fiesta, dos tipos de actividades en referencia a la Semana Santa en sí. En una
de ellas, se cambió el modo de hacer Semana Santa, es decir, cambiar el modo de
presentarla o de verla, siempre ha sido el “sacar los pasos a la calle”, y se
cambió por la de que el espectador fuese a ver los pasos a su Casa-Museo. Y
otra forma la de uso Semana Santa “virtual” donde se dio a conocer la Semana
Santa de Cieza en Redes Sociales, en una programación distinta a lo habitual.
Prueba de ello, se refleja desde nuestro Canal de Youtube; siendo este canal el
que mayormente es utilizado por sus características, como medio de
publicaciones de la Junta de Hermandades y de la Semana Santa de Cieza.
(https://www.youtube.com/@JHPCieza)
Por su coincidencia con el comienzo de la
primavera, la Semana Santa se beneficia del singular y hermoso marco que, en
esas fechas, ofrece la vega de Cieza, cuya floración supone, en justicia, uno
de sus principales atractivos desde el punto de vista paisajístico.
Con motivo de la floración se establece todo
un calendario de actividades turístico-culturales
(https://www.floracioncieza.es/), en las que colaboran agencias turísticas,
restaurantes de la localidad y grupos de senderismo, así como Cofradías y
Hermandades de la Semana Santa de Cieza.
En todo caso, las actividades organizadas
alrededor de la Semana Santa no se circunscriben exclusivamente a las fechas en
que ésta tiene lugar. Todo el calendario cuaresmal está sembrado de actividades
Cofrades, tanto litúrgicas como también culturales (ciclos de conferencias,
presentaciones de nuevas obras artísticas, conciertos, etc), amén de los
traslados Procesionales de imágenes al casco histórico de la localidad;
también, con menor intensidad, dichas actividades se reparten a lo largo de
todo el año, en forma de participación en las otras festividades ciezanas
(Feria de San Bartolomé, Romería de Ntra. Sra. del Buen Suceso y Navidad) como
en otras celebradas con propósitos específicos. Véase “que hacer en Cieza,
oferta turística para todo el año. (https://www.murciaturistica.es/es/cieza/)