Buenos días
Van pasando los días de esta Semana Santa de una forma que nos resulta tan extraña, confinados en nuestras casas, cuando lo nuestro es echarnos a la calle y no dejar pasar ni una hora sin empaparnos el alma de cofradía, de procesión, de hermandad fraterna, de pasión ciezana.
Y ahora llegamos al Viernes Santo, nuestro día grande por excelencia, y por segundo año las calles estarán mudas, y los anhelos de todos nosotros guardados en el arcón de una espera que ya nos resulta interminable. Ojalá que lo que nos tuviera hoy en casa fuera la lluvia para nuestros campos, y no esta epidemia que ha cruzado nuestra nación sembrando el dolor y la angustia en tantas familias. Nos toca un Viernes Santo de oración, un Viernes Santo para compartir con los nuestros, para recordar admirados a los que están ahí fuera librando esta batalla, y para rezar por todos nuestros hermanos, cofrades o no, que están sufriendo en estos días.
Que llegue el Viernes Santo y que no podamos vivirlo como tanto nos gusta y nos enriquece, todos juntos, alrededor de nuestro Pasos, con la túnica puesta o esperando con ilusión la llegada de la procesión, nos entristece, es inevitable. Pero esa pena debemos transformarla en Esperanza, porque la vida entera de un cofrade ciezano tiene el horizonte de una Pascua de Resurrección rebosante de alegre Cortesía.
He podido ver, con emoción, cómo habéis querido compartir estos días enviando vuestros vídeos y sacando nuestra música al balcón, para que el latido nazareno de este pueblo se escuchara por todos los rincones; recordándonos que estamos ahí, que somos muchos, que nos echamos de menos, que estamos deseando volver a lo nuestro y a unirnos en un abrazo fraterno. Sé que tenéis, que tenemos todos, unas enormes ganas de Semana Santa, y es conmovedor leer y escuchar tantos testimonios emocionados, en los que expresáis lo que os llena el corazón en estos días. Pero que la desesperación no os alcance: tened la completa seguridad de que volverá a salir el sol de nuestra Semana Santa, y su luz nos llenará de alegría, acaso con más intensidad que nunca.
Ahora es tiempo de estar en casa, de cuidar y de cuidarnos, y de cumplir con responsabilidad las indicaciones de las autoridades sanitarias. Pero pronto volveremos a ponernos en camino, haciendo lo que mejor sabemos, lo que siempre hemos hecho los cofrades de este pueblo: trabajar con ilusión, con humildad, con valentía, con la mano siempre tendida, con espíritu de sacrificio, buscando entre todos hacer aún más grande nuestra Cieza y nuestra Semana Santa.
Habrá mucho que hacer, todos juntos trabajaremos para buscar esa Semana Santa 2021 que va a ser inolvidable. Encomendados a la protección de nuestra Madre, la Santísima Virgen del Buen Suceso, os envío un abrazo y mi deseo de que tengáis ánimo y salud, en la certeza de que no olvidaremos nunca que SOMOS FE y SOMOS ESPERANZA.
A Cieza, por su Semana Santa.