Esta
ermita, sita en un cabezo extramuros, fue en su origen un sencillo humilladero.
Sobre éste se inicia en 1612 la construcción de una ermita, bajo la advocación
del Calvario, así como de un vía crucis, del que hoy todavía se conservan
restos, en el tramo del Camino de Castilla que conducía desde la población a
dicho cabezo para finalizar en las cuestas del mismo. Acabadas las obras de la
ermita como muy tarde en 1614 se ubican en ella un Crucificado, el Cristo del
Calvario, y una Imagen de la Virgen del Buen Suceso, a la que posteriormente se
nombrará Patrona de Cieza. El pequeño eremitorio fue derribado en la segunda
mitad del s. XIX para levantar la actual, de estilo neogótico y de mayores
dimensiones, que quedará completada en 1879. Aunque la ermita siguió acogiendo
también a la Imagen de la Virgen del Buen Suceso hasta el año 1963, la devoción
popular, no obstante, la consagró definitivamente al crucificado referido, muy
venerado por los ciezanos, ya bajo la advocación de Santísimo Cristo del
Consuelo. Desde finales del s. XIX y hasta mediado el s. XX albergó en su
interior un buen número de Pasos de Semana Santa (Stmo. Cristo del Consuelo,
San Juan, San Pedro, La Samaritana, Jesús Resucitado...); hoy se sigue custodiando
en su interior el Cristo del Consuelo.