A la vuelta de la pandemia, a la Semana Santa de Cieza le aguardan muchas cosas buenas, entre ellas, un sensacional proyecto que dotará al Prendimiento ciezano de una gran composición propia, compuesta por Roque Baños. El incansable cofrade José Ángel García nos habla de la génesis de este proyecto, que tan bien conoce, y del artífice del mismo, el compositor jumillano, acrecentando con su artículo nuestra ilusión por un estreno que está llamado a hacer historia en la Semana Santa de Cieza.
José Ángel García Gómez
El propósito siempre fue adaptar el Auto del Prendimiento desde una óptica visual nueva, y dotarlo de música en directo, siendo conocedores de la importancia en la Semana Santa levantina de la música como ornamento sensorial de la trama evangélica, tratando en todo momento de no perder la esencia, significado y simbología del mismo.
El Prendimiento, uno de los emblemas más singulares de la Semana Santa de Cieza durante más de tres siglos, venía utilizando (con gran acierto) desde su remodelación en 1996 por José Rogelio Fernández varias piezas de obras clásicas de la música sacra como complemento musical. En el año 2014, el músico ciezano Antonio Salmerón Morote compone exprofeso una pieza musical para el momento de la entrada en la Plaza Mayor del Tercio Romano del Santo Sepulcro. La presencia de esa obra hizo evidente la necesidad de una reconstrucción acústica completa del Prendimiento, con una obra musical propia.
Se buscaba una obra efectista y espectacular, que remarcara la teatralidad de la representación y los distintos momentos y pasajes que se suceden, donde una serenidad y una calma casi lisérgicas, van alternándose con la fuerza de los destellos de fuego, en la entrada en la Plaza del Tercio Romano, y los momentos de tensión inmediatamente posteriores al mismo, donde el Nazareno es custodiado hacia su mal presagiado final.
Estábamos sin duda ante una obra equiparable a una Banda Sonora de Cine, una recreación propia de una “película de romanos”, un tipo de cine donde la música cobraría especial relevancia, donde se confiriera siempre temporalidad a la historia, sin perder la esencia del Prendimiento ciezano, dramático, pero de gran belleza tanto en sus pasajes de clímax emotivo como en los de tensión creciente.
El objetivo era lograr que se pudiera asociar de manera natural la parte visual con una obra sinfónica propia, sin abandonar en ningún momento la rítmica de la música que une las secuencias; que tuviera delimitados los diferentes momentos por los que se pasa en el Auto del Prendimiento, donde tienen cabida los pasajes de melodías plácidas en la Cena del Señor o en Getsemaní, y también los de emoción e incertidumbre durante el Paso del Prendimiento y la sobrecogedora fuerza final del apresamiento de Jesús, un momento casi heroico, en el que incluso se produce una derivación triunfalista del Tercio Romano.
Se daban todos los condicionantes de un “gran encargo”, y frente a él, con suerte, contábamos con la contemporaneidad y el paisanaje del músico perfecto para llevarla a cabo: Roque Baños. El de un autor que ha sabido como nadie poner melodía a relatos en el cine de lo más variopintos, algunos de ellos relatos épicos muy parecidos a lo que se representa en El Prendimiento de Cieza. Porque como hijo de la vecina Jumilla, conoce el valor que tiene la Semana Santa y la música en ella, fundamentada en esta tierra por el jumillano Julián Santos y el ciezano Gómez Villa, a los que Roque lleva interpretando desde su infancia, y en el caso de Santo, incluso rearmonizando su obra para la Semana Santa jumillana.
No fue difícil transmitir a Roque la idea, quizás porque su memoria se fue irremediablemente a aquellos días de banda, donde la caja “cortaba” y “se mandaba” Cristo del Perdón de Gómez Villa. Como él dijo desde un rincón perdido de Los Ángeles; “En Jumilla, en Cieza…, los músicos se hacen en las procesiones”. Y sin negar su ilusión por conquistar una nueva patria musical y atreverse con un género nuevo, empezó a escribir, como él definió, “su película de romanos”. Una película que empezó a imaginarse y que en Martes Santo de 2019 llenó sus retinas de armaos y de antorchas humeantes prendiendo la noche ciezana bajo la claridad de una luna ávida de pasión. Desde esa misma velada tuvo claro que la calma tensa ciezana sonaba a adagio, a templanza sonora, y que el giro repentino de los acontecimientos, tenía que rebosar rotundidad, un momento épico que debía quedar plasmado con toda la fuerza del peso de la Historia.
Formado en el Berklee College of Music de Boston (Estados Unidos), Roque Baños estudia “Composición y Dirección”, especializándose en “Composición de Música para cine”, consiguiendo numerosos premios, entre ellos el Robert Share Award por demostrar el más alto nivel dramático musical en el área de composición de música para cine. Se gradúa con la distinción de "Summa Cum Laude" en las especialidades de Composición para música de películas e interpretación de Jazz. Es autor de más de 60 bandas sonoras para cine y televisión, y un habitual de los Premios Goyas en los que ha ganado el Galardón a la Mejor Música Original en tres ocasiones.
El talento creativo de Roque y su trayectoria en la composición y orquestación de la música descriptiva hace que conjugue como nadie los códigos de tiempo correspondientes a los diferentes pasajes de El Prendimiento, siendo capaz de enlazar con destreza, de manera lógica y coherente, los distintos bloques musicales, sin desviar en ningún momento la atención del momento argumental ni perder la dimensión histórica del Auto. Y gracias a su vasta filmografía y a su maestría, dota a la obra de los temas, texturas, melodías e instrumentos adecuados, y sobre todo de un carácter propio, que ahonda en las raíces del estilo levantino, con un conocimiento estructural de la música de procesión bajo el prisma de quién creció musicalmente en el regazo de una banda, de una banda que ponía música a las procesiones.
Quizás Roque Baños haya pasado, sin saberlo, a engrosar la leyenda de las Capitanías del Tercio, donde con Centellas, El Morena, El Cabo Vázquez o El Flecha, haya sabido buscar y prender a Jesús Nazareno, sin más armas que sus partituras.
¿A quién buscáis?
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