A estos Ecos que siguen la estela de nuestra querida revista El Anda llega la crónica nazarena del año 2020, histórico de una forma que nunca hubiéramos imaginado. Mª Ginesa Martínez y Josefa Salinas, que vivieron la llegada de la pandemia desde la primera fila de las responsabilidades cofrades, nos cuentan, en un ejercicio de Memorandum reinventado, cómo tuvo que reinventarse también la vida de hermandad, las reuniones de las directivas y la Semana Santa toda.
Mª Ginesa Martínez Villa
Josefa Salinas Camacho
Iniciamos la Cuaresma 2020 con la imposición de la ceniza y el reconocimiento del Cirio Solidario a Manos Unidas, y seguidamente tuvimos la presentación de nuestra Semana Santa 2020 a cargo de Julia Rubio Alarcón. A partir de ahí estaba ya el engranaje preparado para iniciar una Cuaresma repleta de actos, preludio de una gran Semana Santa, nuestra Semana Mayor, nueva y diferente cada año.
Andábamos preparando la presentación de la revista El Anda y el homenaje a nuestro Nazareno del Año, Francisco Benedicto, pero llegó la incertidumbre, los rumores, los presagios…; todo indicaba que la epidemia avanzaba sin control y se hacía necesario restringir los contactos, ello nos llevaba a aplazar de manera cautelar dicho acto.
El 14 de marzo llegó el anuncio del estado de alarma, lo que solo unos días atrás parecía imposible. Pasamos de estar ansiosos por la llegada de nuestra Semana mayor a ir viendo cómo todo se suspendía: besamanos, triduos, traslados, pregón. Fue algo que nunca habíamos planeado, ni podíamos entender, íbamos a vivir la Semana Santa confinados en nuestros hogares, con las calles vacías, y nuestras Cofradías y Hermandades en los templos. Una primavera sin olor a incienso, cera, jazmín o alhelí…, era increíble pero ya inevitable.
Ante esa Semana Santa que José Antonio Gázquez Milanés no pudo pregonar, el Presidente de la Junta de Hermandades Pasionarias dirigía estas palabras:
“Las difíciles circunstancias que atravesamos hacen imposible que podamos disfrutar juntos, en las calles, de estos días que tanto anhelamos, y por los que tanto hemos trabajado durante doce meses. Pero la Semana Santa de Cieza, tal como la conocemos y queremos, volverá, Dios mediante, más vital, más hermosa y más enriquecedora que nunca. Todos soñamos con ese momento, que va a ser único e inolvidable, y allí tenemos que estar todos para vivirlo en plenitud.
Pero que las procesiones no salgan este año a la calle no significa que no podamos mantener vivo el espíritu cofrade ciezano; ese que nos une a todos en una gran familia en la que nadie puede sentirse solo, por mucho que esté confinado entre las cuatro paredes de su vivienda. Y por ello lo primero que nos gustaría deciros es que os animamos a que engalanéis vuestros balcones para que nuestro pueblo se vista de Semana Santa, y nos recuerde que las procesiones volverán a pasar, y que desde ya las esperamos con enorme ilusión.
Además, proponemos unirnos estos días en el lenguaje universal de la música, que es un elemento fundamental de nuestra forma de procesionar, y que tanto nos gusta. Queremos que la música suene estos días por las calles huérfanas de procesión, para que las melodías que acunan a los Santos sobre sus tronos en esta ocasión estrechen el lazo entre nosotros, y alimente esa simbiosis perfecta que la Semana Santa ciezana siempre ha tenido con su pueblo”.
Las calles se inundaron de música, esa música que nos hacía imaginar el paso de La Burrica, o el Prendimiento en la Plaza Mayor, la procesión General en la calle San Sebastián, la del Penitente por el Paseo o el Santo Entierro en la calle Larga, y, cómo no, la alegría de la Resurrección en la Cortesía en la Esquina del Convento. Nos habían robado nuestra Semana Santa, pero nunca nos podrían quitar el espíritu semanasantero de Cieza.
No solo reinventamos y revivimos las procesiones, como creyentes e Iglesia que somos, íbamos a vivir el Misterio de la Muerte y Resurrección de una forma inédita: las celebraciones litúrgicas llegaron a nuestras casas de mano de las redes sociales de la Parroquia de la Asunción, desde donde se hizo un gran esfuerzo para que todos las pudiésemos vivir.
¿Y ahora qué?
Teníamos por delante multitud de actos y reuniones que programar, y además unas elecciones a la Junta de Hermandades. Teníamos que ver de qué forma podíamos seguir trabajando: para ello era necesario reunirnos, hablar, dialogar, organizar... pero era imposible hacerlo de forma presencial. Aún sin formación empezamos con las reuniones mediante el Meet; las primeras fueron horribles, solo decíamos “¿se me oye?”, “¿se me ve?”, “¡no os veo a todos…!”, en fin, un caos. Pero algo que llegó para salir del paso ha venido, en realidad, a quedarse entre nosotros. Ha sido la forma más ágil de estar en contacto, en la propia directiva de la Junta de Hermandades, en las reuniones de Junta, en las reuniones de directivas, hasta incluso alguna que otra asamblea se ha realizado por este medio.
Pero la pandemia, al igual que tantas otras cosas de nuestra vida diaria, ha hecho que nos replanteemos ciertas actividades, entre ellas las obras de Caridad. Muy destacable resultó la emotiva y solidaria iniciativa de la Cofradía de la Oración del Huerto y el Santo Sepulcro, que, en colaboración con Panadería Hijos de Cocina, donaron una remesa de empanadillas y las típicas tortas de pan dormido a los residentes y personal de la Residencia Mariano Marín-Blázquez.
Más tarde, en el mes de mayo, la Vocalía de Caridad de la Junta de Hermandades Pasionarias bajo el título “Con flores a María”, promovió una Campaña mediante la recaudación de donaciones, a través de Bizum, a Cáritas Cieza, destinándolo a las personas a las que esta crisis ha acentuado su vulnerabilidad. A finales de noviembre y hasta el 8 de enero de 2021, bajo el lema ¡Adviento y Navidad, tiempo de ayudar!, se llevó a cabo una nueva campaña solidaria que tuvo esta vez como destinataria a Manos Unidas, a través de su grupo de Cieza.
Las carreras solidarias también se replantearon. La Hermandad de Santa María Magdalena organizó su media maratón solidaria a favor de la Asociación del Cáncer y así el domingo 6 de diciembre se llevó a cabo la ‘XXXI MEDIA MARATÓN CIUDAD DE CIEZA’. Fue un evento muy participativo, promoviendo la actividad física y la más importante, la solidaria; se celebró como jornada no competitiva y realizada de forma virtual. Más adelante, y en plena Navidad, la cofradía de la Santa Verónica realizaba su 11ª edición de la carrera popular San Silvestre “Ciudad de Cieza”, Memorial Antonio S. Piñera López, una prueba que, igualmente, tuvo esta vez una naturaleza virtual, individual y no competitiva, aunque por supuesto solidaria, colaborando con la Asociación Piedras Vivas para el mantenimiento de su comedor social.
La pandemia modificó hasta la habitual distribución de la revista El Anda, llevándose a cabo en mayo, una Revista que hablaba de procesiones y sentimientos que este virus dejó en el almacén del olvido.
Las reuniones, aunque con restricciones y con las pertinentes medidas sanitarias, iban recuperando poco a poco la normalidad en los meses posteriores, retomándose en el mes julio, y acostumbrando a las Cofradías y Hermandades a una nueva realidad y a una forma de hacer vida de hermandad distinta mediante encuentros telemáticos.
A finales de agosto, los Patronos San Bartolomé y la Santísima Virgen del Buen Suceso presidían, en la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción, una misa rogativa para el fin de esta pandemia, en ese triste año 2020 que no tuvo ni procesiones ni Feria.
Desde septiembre de 2019, y tras la DANA que asoló el camino al santuario de la Santísima Virgen del Buen Suceso, la Patrona permaneció en la Basílica de la Asunción más tiempo de lo habitual, y también más de lo previsto por las obras, alargándose como consecuencia de esta pandemia. Ella quiso quedarse en Cieza, como si presagiara que tenía que estar junto a su pueblo en este año tan difícil para todos. Se suspendía la ofrenda floral a la Patrona, pero sí se realizaba la solemne Función Religiosa y posterior Vigilia, con limitación de aforo de acuerdo con la Orden de la Consejería de Salud. En octubre se retomaban las misas en honor a nuestra Patrona el primer sábado de cada mes, la llama de la devoción mariana a nuestra Patrona sigue más viva que nunca, y las plegarias aumentan en estos tiempos inciertos.
Los días 24 y 25 de octubre, promovidas por la Vocalía de Juventud, se llevaron a cabo las Jornadas Virtuales de Convivencia Infantil en las redes sociales de la Junta de Hermandades Pasionarias y un Kahoot interactivo sobre la Semana Santa para los más pequeños. Por primera vez en nuestra historia cofrade, el 14 de noviembre se retransmite en streaming el Fallo del XXXIII Concurso de Fotografía “Semana Santa de Cieza 2021”.
Terminaba este 2020, el año que arrasó tantas vidas y tantas ilusiones, iluminando la Cruz que preside Cieza desde el Collado de la Atalaya, y que sirve de morada habitual a nuestra Patrona. Se bendijo en el preludio de la natividad, el 24 de diciembre, y la explanada de la Ermita de la Virgen del Buen Suceso vuelve a estar iluminada, después de 15 años. Ojalá esa luz, que cada noche vemos desde lontananza, sirva en estos tiempos tan difíciles de Consuelo y Esperanza.
Comenzaba nuevo año, y con él la ilusión de volver a la normalidad, de poder ceñir el cíngulo y soñar con procesiones. Pero en un comunicado tan frío como aquella mañana del 22 de enero de 2021, nuestro Obispo Mons. D. José Manuel Lorca Planes, nos devolvía a la cruda realidad. Dirigía una carta a todos los cofrades de la Diócesis invitándonos a “vivir la Semana Santa y su preparación con serenidad, sin prisas, sin agobios por la procesión”, reafirmándose la suspensión de las procesiones de Semana Santa en una nota de la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías de la Diócesis de Cartagena sobre las salidas procesionales de la Semana Santa de 2021.
Se arrinconaban de nuevo, en este tristemente repleto Almacén de la Memoria, nuestras ganas de volver a oír el redoble de un tambor.
