La solemne función religiosa estuvo presidida por el Cristo de la Agonía y celebrada ayer domingo en la Basílica de Nuestra Señora de la Asunción por el Rvdo. D. José Antonio García Lóez, Consiliario de las cofradías ciezanas.
Al inicio de la misma, un tambor sordo enmudeció las abarrotadas naves del templo para anunciar la llegada del Señor desde su capilla al altar mayor. El Cristo, portado por nazarenas de la Cofradía, abandonaba la capilla en la que se encuentra durante todo el año bajo el Introito y el Kyrie del Réquiem de Fauré, inundando la Basílica con la poderosa precisión de músicos y coristas, llenando la ceremonia de espiritualidad majestuosa.
Tras la acción de gracias, las nazarenas volvieron a portar sobre sus hombros la cruz del Cristo de la Agonía y desfilaron, de nuevo, hacia su capilla para izar al Señor sobre su calvario a la espera de un nuevo Jueves Santo.
Previa entronización, el sábado 24 de febrero, con las campanadas de las diez de la noche, se celebrara la Meditación de las "Siete Palabras de Jesús en su Agonía" en la Basílica, en la que en silencio y con la oscuridad del templo, el Consiliario meditaba sobre las palabras de Jesús, acercándolas a circunstancias cotidianas de cada uno de nosotros. Las naves permanecieron a oscuras, a excepción de la capilla de la Cofradía en la que solo existía la luz de las velas. En ese instante, se pudo disfrutar de un ambiente de profundo recogimiento acunado por los ecos lejanos del grupo coral dirigido por Patricia Dato.
Fotografía de cabecera de Manuel Carpio.
Fotogtafías de la archivo de la Junta de Hermandades Pasionarias de Cieza.
